Empecemos con un par de besos y seguidamente el saboreo de tus palabras, y lo que no son palabras, déjame buscarte en cada rincón de la casa y que nos encontremos debajo de las sábanas.
Seguiremos con un par de caricias desde la punta de los pies hasta el pelo, haciendo paradas en tus rincones más selectos, todo esto acompañado del roce de tus labios guiados por el rumbo de tus dedos.
Para combatir con el frío mañanero seguiremos obedeciendo a nuestra rutina de amanecer pegados, donde lo mínimo que corra entre nosotros sea el aire que respiremos.
Y por si nos sabe a poco podemos multiplicarlo todo por dos, donde los besos, las caricias y el roce de tus labios empiecen a ser reiterativos.
Te advierto que acabaré conociendo cada milímetro de tu cuerpo y que no te pille de sorpresa que algún día me lo adueñe, porque en ese momento sera el único en el que podré decir que eres solo mío.
hola como pones la musica?gracias;)
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