Vuelta a la rutina, despertador puesto, y desayunos bien cargados, libros a la espalda y un duro día por delante. El otoño ha vuelto, los días son escasos y apenas quedan rayos de sol. Ahora solo queda caminar por mantos de hojas secas, resucitar alguna que otra sudadera de abrigo para que no se te congelen los huesos por la mañana. Dormir con la ventana abierta y por la noche morirte de frío y tener que taparte con ese quedirísimo edredón, como lo echaba de menos...Vuelven los días grises y alguna que otra lluvia, mojarse los zapatos al salir de clase y llegar calada a casa, coger la primera toalla que encuentres y dejar los zapatos mojados en la puerta para no dejar la casa llenas de huellas. Ya por la noche apenas hay gente, ahora se encierran en sus cuevas cual murciélagos y solo aparecen por la mañana con caras de zombies para emprender rumbo a la indeseada ''rutina''. Los trenes están llenos y en las carretas no cabe un alfiler, el más afortunado y listo de todos sabe que es necesario levantarse una hora antes para evitar a ese bullicio llamado gente, pero como él son miles...
Ahora solo quedar dormir una buena siesta después de comer, un buen libro que leer y lo que viene siendo empezar a olvidar el verano...
Veo que tenemos ideas similares de lo que es relajarse en otoño. Me encanta la foto por cierto. besos!
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